Cuando aparece la discusión de si el móvil puede sustituir una cámara de fotos, ya sea réflex o las nuevas sin espejo, yo lo tengo claro: NO.
Algunos compañeros de afición me dicen que no les hace falta más que la cámara de su móvil (estamos hablando de móviles de gama media-alta, con una cámara de calidad, que permite exportar archivos RAW y con controles manuales), pero como buen gallego, yo digo: depende.
Y, ¿de qué depende?
Mi respuesta siempre es que depende del tipo de fotografía que hagas y de lo exigente que seas con el resultado final.
Pero queriendo ahondar un poco más en el asunto, me propuse intentar comparar los resultados de las fotografías de un Xiaomi Mi Note 10, que destaca por sus 5 cámaras traseras, entre las que destaca una con sensor Samsung HMX de 108 MP, junto con otras 4 más dedicadas para retrato, ultra angular, teleobjetivo y macro (podéis ver las especificaciones completas en el siguiente enlace https://www.mi.com/es/mi-note-10/specs/), con las fotografías de una cámara mirrorless Sony a7III combinada con un objetivo ultra gran angular Sigma 14-24 f2.8 DN DG.
Y que mejor forma que compararla que con el tipo de fotografía que más me gusta, fotografía de paisaje de larga exposición.
Para ello me desplacé a las inmediaciones del mirador de Illas Gabeiras, en la costa de Ferrol (43°30’42.3″N 8°19’43.7″W).
La idea era disparar con ambas cámaras, desde la misma posición y con las mismas condiciones de luz para así poder comparar ambos archivos generados por ambas cámaras.
Y aquí empieza el primer problema, ya que la cámara del Xiaomi tiene un diafragma fijo a f1.7, por lo que había que controlar la luz que le llega al sensor de alguna manera, para poder hacer una exposición de varios segundos.
En primer lugar, esperé a que el sol se ocultase y así reducir «de forma natural» la cantidad de luz. También busqué un encuadre a unos 90º con respecto al ocaso, para minimizar también la luz que le llegaba.
El primer problema que encontré, pero que es común a muchas cámaras, sobre todo réflex antiguas, es que no disponemos de pantalla abatible para poder colocar la cámara en una posición muy baja, en mi caso para intentar coger un primer plano muy cercano, y en esta posición poder ver la pantalla de una forma cómoda, sin tener que tirarse en el suelo.
Obviamente estaba usando trípode, con un soporte con zapata tipo Arca Swiss para poder sujetarlo con la rótula que está siempre montada en este trípode.
Primer handicap.
La primera foto de prueba la hice a los 20 minutos de que el sol se escondiese en el horizonte. Seleccioné en la aplicación de la cámara el modo Pro, donde puedes utilizar las cámaras de forma manual.
Comentar que, aunque dispone de un modo para aprovechar los 108 MP del sensor, utilicé el modo estándar de 27 MP, aprovechando la tecnología Pixel Binning, que consiste en agrupar cada cuatro píxeles del sensor en uno, aumentando virtualmente el tamaño del fotocaptor y en teoría mejorando la respuesta al ruido, además de evitar la generación de archivos enormes. En cuanto a la calidad entre los 108 y los 27 MP, en otras pruebas que hice, no se nota diferencia y salvo por el tamaño del archivo, a simple vista no se distingue uno del otro, por lo que lo más sensato es usar los 27 MP, salvo que vayamos a hacer un cartel enorme, que será cuando se aprovechen esos MP.
Lo primero fue seleccionar la opción RAW, para obtener un archivo DNG que poder revelar luego en Lightroom, fijé el ISO en el mínimo posible, que en el caso del Xiaomi es ISO 100, ajusté la velocidad al valor máximo que es posible, en 32 segundos, usé el deslizador que posee para el enfoque hasta 100, que supongo que es infinito, puse el ajuste de blancos en luz día y disparé.
Con esos valores me suponía que ese disparo de prueba saldría totalmente quemado, pero esperaba a que el Live View del móvil funcionase como en la Sony, mostrándome en vivo el resultado final antes de hacer el disparo. Pero resulta que no es así, llega un punto en el que subes el tiempo de exposición, pero la imagen que se visualiza en pantalla no varía.
Tampoco disponemos de un histograma en tiempo real para poder controlar así lo que estamos haciendo (al menos yo no lo encontré).
Segundo handicap.
Pues tocó ingeniárselas para poder hacer el disparo.
Para reducir la cantidad de luz que entra por el objetivo, ¿qué herramienta es la más utilizada? Sin duda, un filtro ND. Y de esos llevaba.
Actualmente estoy utilizando el sistema de filtros KASE K150P, por lo que utilicé un filtro de 6 pasos de este sistema.
Una de las principales características de los filtros KASE, es que no le aportan dominante a las fotografías, pero más adelante mostraré lo que me pasó a mi usándolo en el Xiaomi.
Para realizar la toma, coloqué el filtro, sujetándolo con la mano, delante del grupo de objetivos traseros, cubriendo estos con el filtro, muy pegado para evitar reflejos y que entrasen luces entre el filtro y los objetivos. Aunque no fue sencillo, encontré la posición adecuada y realicé el disparo, repitiendo los valores anteriores.
Este es el resultado:
Para mi sorpresa, tenía una dominante magenta exagerada, algo que no llego a entender, ya que, el filtro que usé para esta toma, es el que uso siempre en la Sony a7III, con una carencia total de dominante (quizás haga otra entrada analizando los filtros y su funcionamiento), aunque creo que se debe a la interpretación que hace Lightroom del archivo RAW, porque en el móvil no se ve así.
Por suerte, al ser una dominante en toda la foto por igual, se puede eliminar de forma bastante sencilla en edición.
Ahora le toca el turno a la Sony.
Tras colocarla en el trípode, intenté ajustar la focal para tener un ángulo de visión lo más parecido posible y lo fijé en 23 mm. Hay que tener en cuenta que la relación de aspecto del Xiaomi es 4:3 y de la Sony 3:2. También indicar que la resolución de su sensor es de 24 MP.
Como diferencia, en este disparo no utilicé filtro, ya que conseguí controlar la luz fijando el ISO en 50, el diafragma en f14 y la velocidad en 30 segundos y el ajuste de blancos en luz día, al igual que en el Xiaomi y enfoqué en manual.
Este es el resultado tras haber disparado con la Sony:
En este caso, quedó algo más escasa de luz, pudiendo haber derecheado un poco más el histograma, pero no quería llegar al límite para dejar algo más oscura la parte derecha del cielo.
Una vez en casa, me apresuré a comprobar dos cosas que considero fundamentales, la nitidez y el ruido, después con más calma miraría también la distorsión y otros aspectos como la «plasticidad» del RAW.
Para ello hice una ampliación al 100% del tamaño para poder apreciar con más detalle ambos archivos en bruto, sin hacer ningún tipo de ajuste.
Las diferencias son evidentes, descartando la fidelidad del color, se ve una falta de nitidez bastante clara en la fotografía tomada con el Xiaomi, así como la presencia de bastante ruido de luminancia, a pesar de haber disparado a ISO 100 y con suficiente luz como para que aparezca. Algo que me llamó mucho la atención, es la aparición de muchísimos hot pixel en toda la imagen, pero más exagerado en las zonas de menos luz, algo que dada la luz ambiente que había, creía poco probable.
Suele ser habitual en fotografía nocturna cuando hay casi ausencia total de luz, pero en este caso me resultó muy llamativo. Se ve que el objetivo, a pesar de utilizar un diafragma de f1.7, se queda corto de luz para este sensor. Y es que si analizamos el histograma, la toma tiene luz suficiente:
Analizando la ampliación en el mismo punto de la fotografía hecha con la Sony, a pesar de estar algo subexpuesta, no se aprecia ruido de luminancia destacable ni ningún Hot Pixel y la nitidez se aprecia correctamente.
Ya podemos extraer alguna conclusión, y tal vez la más importante sea que la cantidad de megapíxeles que tenga el sensor no clave en calidad a la fotografía, por lo que, aviso a fabricantes, ¡¡¡dejen de obsesionarse en hacer sensores con tantos megapíxeles y céntrense en un sensor de calidad!!!
Ahora toca el turno del revelado. Para ello utilizaré Adobe Lightroom Classic en su versión 9.1.
En el revelado voy a intentar dejarlas lo más parecidas posibles en el resultado final.
Lo primero que me llama la atención es que cuando intento seleccionar un perfil neutro, como hago habitualmente, me doy cuenta de que no tengo la opción, ya que solo me deja elegir entre color y monocromo, por lo que lo dejo en color.
El siguiente paso que suelo hacer son las correcciones de lente. En este apartado activo la casilla de Quitar la aberración cromática y Activar correcciones de perfil, pero en este último apartado no nos carga ningún perfil de lente, por lo que intento cargar el perfil manualmente, desplegando el menú de Marca, pero curiosamente no aparece Xiaomi por ningún lado, sin embargo me fijo que aparecen otras marcas de móviles marcas como Apple, Huawei o Google.
Decido entonces no hacer ningún cambio y comparar las distorsiones con la fotografía hecha con la Sony y las correcciones de lente aplicadas.
Tras ajustar las proporciones de ambas fotos, mediante la opción de «alinear» de Photoshop, ambas fotos coinciden practicamente al 100%, aunque en la fotografía hecha con el Xiaomi se aprecia una ligera distorsión con respecto a la hecha con la Sony, haciendo que el fondo no case perfectamente en ambas fotos.
He aquí el resultado tras el revelado en Lightroom:
Y ahora le toca el turno a la fotografía hecha con la Sony:
Como se puede ver, los cambios más importantes se dan en el equilibrio de blancos, ya que hubo que ajustar mucho dicho equilibrio en la fotografía hecha con el Xiaomi, debido a la fuerte dominante que tenía la foto. Por el resto, poco más se hizo que copiar los ajustes.
En el resultado final, se aprecia mucha más nitidez en la fotografía hecha con la Sony y unos colores más contrastados y reales.
Conclusión
Tras realizar esta prueba, se puede confirmar que los fabricantes de móviles están haciendo un gran trabajo en la construcción de unos aparatos con una miniaturización increíble y con un resultado final sorprendente. Eso también supone un problema, pues el tamaño, en este caso, se ve que lastra en gran medida la calidad final, ya que no es lo mismo el tamaño de un fotosito de uno de estos sensores miniaturizados, y con semejante densidad de estos fotositos en tan escasa dimensión de sensor que el de un sensor full frame de 24 MP, por mucho que la tecnología de miniaturización evolucione. Al fin y al cabo, es física.
Por otro lado tenemos la ergonomía y la comodidad de cada uno de los dispositivos.
El Xiaomi tiene la enorme ventaja de su portabilidad, ya que, literalmente, se lleva en un bolsillo, frente a una cámara mirrorless, con un tamaño y peso contenidos con respecto a una réflex, pero que si lo sumas a unos objetivos, que en el caso del Sigma 14-24, es bastante grande y pesado, que hace que el conjunto no sea tan cómodo de llevar, obligándote a usar una mochila o similar, o de llevarla colgando en el cuello u hombro, que después de unas horas nuestro cuerpo lo nota.
Ergonómicamente, a mi me parece mucho más cómoda de utilizar la Sony, ya que a la hora de ajustar sus parámetros, tienes todo a mano, permitiéndote modificar cualquier valor sin necesidad de tener que mirar lo que estoy haciendo, así como el poder encuadrar de una forma muchísimo más cómoda en posiciones complicadas, como a ras del suelo o posiciones altas, gracias a su pantalla articulada.
Otros factores que para mi son decisivos son, por un lado, la imposibilidad de poder controlar el diafragma en el Xiaomi, algo que considero fundamental, pues este hecho me impide realizar cierto tipo de fotografías, como por ejemplo, lograr una Sunstar o controlar la profundidad de campo.
Por otro lado, algo que considero muy importante en fotografía de paisaje es el uso de filtros, para lo que un móvil todavía no está preparado, y ya no solo es que sea complicado usar un ND, que al final es posible, sino que es imposible usar uno o más filtros graduados para poder controlar el contraste de una escena, o el hecho de no poder usar una black card y hacer tapados por zonas, ya que con el tamaño del objetivo es imposible poder hacerlo.
Posiblemente, con el tiempo, sea posible controlar más fácilmente las luces en unas escena, mediante la aplicación por software de filtro internos, tal y como hacen ciertas cámaras, como algunos modelos de Olympus, pero de momento, al menos en lo que llevo probado, los automatismos que traen integrados las cámaras (véase HDR, panorámicas, etc.), a mi no me dan un resultado satisfactorio, por lo que prefiero ser yo dueño de todo el proceso creativo de una fotografía.
Un punto más a incluir en esta lista de desventajas y que en el caso de la fotografía de paisaje no es demasiado importante, es el lag o retraso que noto a la hora de disparar en los dispositivos móviles. En fotografía de retrato o social es fundamental la respuesta del botón de disparo y en estos casos, a mi el móvil me desespera, arruinando muchos momentos irrepetibles.
Poco más se puede decir, al menos en fotografía de paisaje.
Para otras disciplinas, como el retrato, haré otro análisis exhaustivo, a ver como se comporta, ya que tiene un modo propio de retrato, en el que por inteligencia artificial, es capaz de crear un bokeh para emular el uso de objetivos muy luminosos.
Como adelanto, decir que hace cosas interesantes, pero el resultado de una buena óptica fija, creo que aún no hay software que lo emule.
Entonces, ¿vale la pena no cargar con el equipo fotográfico y llevarte solo un trípode y el móvil para hacer fotografía de paisaje?
En mi caso particular, NO.
Todas las desventajas que enumeré antes hacen que el uso del móvil en mi tipo de fotografía sea casi imposible, y solo lo usaría en caso de que me cayera la cámara por un acantilado y no tuviera nada más con lo que hacer fotos, jejeje.
¿Dónde lo veo muy útil?
En fotografía circunstancial, donde no te importe mucho que sea el móvil el que haga las cosas a su manera, componer, disparar y listo.
Cuando no necesitas realizar una fotografía muy técnica, con el uso de ciertas herramientas externas, el móvil desempeña muy bien su trabajo, y mejor aún si confías en sus automatismos. Cuando desees llevar tu el control creativo de la toma, lo veo demasiado «cojo», como si no estuviera hecho para eso.
En cierta manera, me recuerda a las cámaras compactas para todo el público y ciertamente, el móvil hace tiempo que ocupó este mercado.
En fotografía «avanzada», aún le falta camino por recorrer.
Como comenté antes, en próximas entradas del blog, analizaré la fotografía de retrato con ambos dispositivos y muy posiblemente probaré el Xiaomi por la noche, a ver como se porta con la Vía Láctea.
Si queréis aportar alguna opinión o experiencia, o tenéis algún tipo de pregunta, por favor, no dudéis en ponerlo en los comentarios.
Gracias por leer hasta aquí y hasta la próxima.
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